puedo comer jamon iberico en el embarazo

¿Puedo comer jamón ibérico en el embarazo?

Si te acabas de quedar embarazada seguramente ya te hayan dicho aquello de que durante la gestación conviene evitar todo tipo de embutidos por mucho que te gusten.

Pero, ¿Qué pasa con el jamón? ¿Se puede comer jamón ibérico en el embarazo? La verdad es que es desaconsejable y en Enrique Tomás te vamos a explicar el por qué.

¡Empezamos!

 

¿Por qué no es bueno comer jamón durante el embarazo?

Las futuras mamás tienen que cuidar mucho su salud durante la gestación no solo por ellas, sino también por el bebé que está en camino.

La razón que explica esto es que algunas enfermedades que a una persona normal podrían no afectarle se vuelven peligrosas durante los nueve meses de espera, y la toxoplasmosis es una de estas.

La toxoplasmosis es una enfermedad producida por un parásito que se encuentra en la carne cruda, semicruda o ahumada y, a pesar de que cualquier mujer puede sufrirla en un momento determinado de su vida sin ni siquiera enterarse, es arriesgado estar expuesta a ella durante el embarazo por los riesgos a los que se pueden enfrentar tanto la madre como el niño o niña.

A fin de evitar la aparición del parásito que provoca la toxoplasmosis, las futuras mamás cuidan mucho su dieta porque contraer una enfermedad como esta podría afectarles a ellos y complicar gravemente la salud del feto.

El bebé puede sufrir toxoplasmosis congénita a consecuencia de esto, lo cual ocasiona desde fiebre hasta sordera, entre otros muchos problemas y dolencias.

Durante las primeras semanas de gestación o cuando una mujer está intentando quedarse embaraza, la futura mamá es sometida a un análisis sanguíneo que revelará qué anticuerpos tiene y cuáles no para saber así a qué posibles complicaciones está más expuesta.

Si una mujer ha vivido a lo largo de su vida con gatos es muy probable que tenga el anticuerpo que protege de la toxoplasmosis, pero no tiene por qué ser así. Si te encuentras en el caso contrario, has de tener en cuenta que tienes que evitar las carnes crudas, semicrudas o ahumadas, el agua cuya potabilidad desconoces y la manipulación de las heces de gato sin protección.

Hay que destacar que en muchas ocasiones lo que se suele hacer para poder seguir disfrutando del ibérico durante la gestación, ya sea de ibérico de cebo o ibérico de bellota, es congelarlo pero, aunque las posibilidades de contraer la toxoplasmosis después de esto son mínimas, continúan existiendo. Como más vale prevenir que curar, lo conveniente es dejar el jamón de lado.

Una vez nazca el pequeñín o la pequeñina, ¡podrás hacerlo de nuevo así que no te preocupes porque es solo temporal!


Y, ¿Qué pasa con el embutido?

El chorizo, salchichón o lomo ibéricos son sometidos a un proceso de conservación, no de cocción y, al igual que ocurre con el ibérico, estas piezas son curadas en secaderos. Como resultado de esto, el parásito de la toxoplasmosis también puede contraerse al comer estos manjares así que conviene evitarlos.

Hay que tener en cuenta que muchas personas pueden pensar en la congelación pero, como las probabilidades de contraer el parásito no desaparecen por completo, lo mejor es dejar de lado los embutidos y el ibérico durante estos meses. Sin embargo, eso no quiere decir que tengas que renunciar al fiambre.

Aunque está claro que no es lo mismo, puedes prepararte ahora bocadillos de jamón cocido y queso, siempre y cuando no sea mozzarella, feta o cualquier otro queso fresco y, aunque está claro que no vas a disfrutar igual, menos da una piedra.

Por lo tanto, ¿puedo comer jamón ibérico en el embarazo? Será mejor que no lo hagas, por tu salud y por la del bebé que está en camino.


¡Cuidaros a los dos es importante!

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