Chacina
La chacina es un término que se refiere a la producción y elaboración de carnes curadas, saladas o ahumadas, especialmente de cerdo. Es una técnica de conservación de alimentos que se ha utilizado desde hace mucho tiempo en varias culturas y regiones del mundo.
La chacina puede incluir diferentes tipos de carnes, como salchichas, jamones, tocinos, chorizos, entre otros. Estas carnes se procesan y se tratan con sal, especias y otros ingredientes para realzar su sabor y prolongar su vida útil. En algunos casos, también se ahúman para darles un sabor ahumado y distintivo.
En la actualidad, la chacinería se considera una forma de gastronomía artesanal y tradicional en muchos lugares del mundo, y se pueden encontrar productos de chacinería en tiendas especializadas y mercados locales.
Embutidos españoles
En España sabemos muy bien lo que es un embutido, pero para los que no lo sepan, se trata de un tipo de alimento fundamental en la dieta mediterránea. Para definirlo de forma rápida y sencilla podríamos decir que el embutido es una tripa rellena de carne picada y sazonada.
Tanto la tripa como la carne suelen ser de cerdo y los condimentos utilizados pueden variar según el tipo de producto a realizar… pero hay mucho más que hablar al respecto.
¿Qué son los embutidos?
Por embutido entendemos toda pieza de carne procesada que ha sido “embutida” en un tripa, ya sea de origen animal o artificial.
Estas piezas suelen componerse de carne picada de cerdo condimentando con diversas hierbas aromáticas, en las que siempre se incluye pimentón y sal aunque otras especias clásicas en la preparación de embutidos suelen ser pimienta, ajo, romero, tomillo o jengibre entre otras.
El termino embutir tiene que ver con la acción de rellenar la tripa con esta materia cárnica, siendo el uso de tripa natural el mejor valorado, ya que se se le atribuye cierto sabor; cuando no es natural, las tripas suelen elaborarse en base a colágeno, plástico y celulosa.
Los embutidos pueden comerse crudos o cocidos pero siempre pasan por un proceso de curación, lo que hace de ellos un alimento fácil de conservar. La forma más fácil de reconocer lo que es y lo que no es un embutido es observando si el producto está dentro de una tripa, según esta regla entendemos por qué el jamón ibérico o cualquier tipo de jamón curado no puede ser considerado como tal.
Tipos de embutido según su composición
Existen un sinfín de embutidos, cada uno mejor que el anterior, pero a la hora de clasificarlos trataremos de agruparlos todos en tres grandes renglones, aunque aclaramos que esta no es la única clasificación posible.
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Frescos: Este tipo de productos no se somete a ningún proceso de curado o maduración. Entre ellos encontramos a las butifarras, longanizas y salchichas crudas.
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Secos: Este grupo incluye una amplia variedad de embutidos y para que sea considerado seco, este ha debido pasar por un proceso de cocción luego de su elaboración, ya sea curado, ahumado o escaldado. Estos embutidos secos pueden ser los chorizos, chistorras, lomo, salchichón y longaniza entre muchos otros.
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Fiambres: Lo que diferencia a los fiambres del resto de embutidos, es que en estos no se pueden distinguir las carnes utilizadas para su elaboración ya que se han triturado tanto que forman un pasta homogénea. Entre estos encontramos al jamón dulce y las salchichas tipo Frankfurt, por ejemplo.
Otras formas de clasificar embutidos es según el tipo de materia prima o según su mezcla de ingredientes.
En las tiendas Enrique Tomás encontrarás los embutidos ibéricos y Gran Reserva más representativos de nuestra cultura, así que si tienes ganas de probarlos, ¡no dudes en hacerlo de inmediato!