Bellotas
Según el diccionario de la Real Academia Española, se considera bellota al fruto de la encina, del roble y de otros árboles del mismo género como el alcornoque. Su fruto, considerado un aquenio suele ser de gran volumen con forma ovalada, ligeramente puntiagudo y no suele pasar los 2-3 centímetros de largo.
Las bellotas, muy preciadas por las ardillas en la naturaleza, se componen de una cáscara dura de color castaño claro que guarda dentro una única semilla.
Propiedades de las bellotas
Antes de hablar de las propiedades nutricionales de la bellota, debemos tener en cuenta que en la actualidad, este no es un fruto seco que se incluya de forma habitual en nuestra dieta, sin embargo, sabemos que en antaño este fruto era un ingrediente muy común en la dieta mediterránea.
Hoy en día las bellotas se utilizan para hacer algunos tipos de harina, licores y por supuesto, para alimentar a los cerdos ibéricos. Las bellotas contienen un 30% de agua y un 52% de hidratos de carbono, aportando aproximadamente un 9% de fibra, un 5% de proteínas y un 8% de lípidos, lo que hace de ellas un alimento muy bajo en grasas.
Además, tienen un alto contenido en calcio, fósforo y potasio. Entre las propiedades medicinales que se atribuyen a las bellotas, destacan los estudios que afirman que su consumo previene y ayuda a remitir enfermedades como el reuma y regulan los niveles de azúcar en sangre. También ayuda a cicatrizar heridas gracias a sus taninos y se utiliza en cosmética, sobre todo en la elaboración de productos para eliminar el exceso de grasa.
Pero si no consumimos bellotas normalmente... ¿Cómo podemos aprovecharnos de todos estos beneficios? Pues la mejor forma es a través del consumo de jamón ibérico de bellota. Los cerdos ibéricos destinados a producir jamón y embutidos de bellota se alimentan principalmente de bellotas, y estos frutos más todo el ejercicio que hacen los cerdos durante la montanera es lo que hace que su carne esté llena de ácido oleico.
El ácido oleico es un tipo de grasa que produce efectos beneficiosos para el colesterol, ayudando a reducir la tasa de colesterol “malo” y potenciando la creación del colesterol beneficioso, es lo que se conoce como grasa buena y que también encontramos en el aceite de oliva virgen.
